Parque Barranquillo Viera: la conexión peatonal entre Ciudad Alta y la baja

Parque Barranquillo Viera: la conexión peatonal entre Ciudad Alta y la baja

El espacio olvidado y menospreciado que enlaza Schamann con Fincas Unidas cumple con creces las condiciones ideales para convertirse en el principal corredor entre ambas plataformas urbanas y el nivel intermedio de Paseo de Chil.

Tomás Van de Walle y Sotomayor
La Provincia, 25 marzo 2018

Es de temer que no sean muchos los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria que sepan cuál es el parque a que da pie este artículo. Algunos más, aunque presumiblemente no la mayoría, captarán de que reducto se habla si se lo refiere con el popular, y despectivo, apelativo de Parque de las Cucas. Y, aún, entre quienes lo conocen o tienen noticia del mismo, no faltará quien se pregunté por la pertinencia de que el Grupo de Jardines y Paisaje de la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Gran Canaria emplee su tiempo en un lugar con reputación de sórdido, por no decir que le sorprenderá que la institución publique un artículo sobre el mismo. Pero el Parque Barranquillo Viera, empecemos a usar su nombre  primigenio a ver si logramos que algún día se imponga en el imaginario ciudadano, es un lugar mucho más importante de lo que piensan estos lectores y, ay, los actuales y precedentes alcaldes, concejales de Urbanismo y concejales de Parques y Jardines del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

Últimamente las conexiones longitudinales de la ciudad vuelven a primer plano de la actualidad informativa con motivo de la construcción de la MetroGuagua. Sin entrar en el debate sobre esta iniciativa, no cumple a este artículo, el dato sirve para llamar la atención del lector sobre cómo nuestros munícipes se han ocupado tradicionalmente de las conexiones longitudinales, las de la ciudad baja, lo cual es absolutamente necesario, pero no han mostrado especial interés en resolver las más que deficientes conexiones transversales, que enlazan la ciudad baja con las distintas “ciudades altas”, lo cual es, a todas luces, lamentable. A este respecto, el olvidado y menospreciado Parque Barranquillo Viera, que conecta Schamann con Fincas Unidas, cumple con creces, a poco que se hagan unas mínimas, y más que económicas, intervenciones en él, las condiciones ideales para convertirse en el  principal`corredor peatonal entre ambas plataformas urbanas –y el nivel intermedio del Paseo de Chilen un momento en que la movilidad sostenible está en la agenda de todas las ciudades… que tienen proyecto de ciudad.

Concebido por el gran arquitecto paisajista menorquín Nicolau Maria Rubió i Tudurí -¿para cuándo la gran exposición sobre sus proyectos en Canarias?-, autor de los Jardines Francesc Maciá, los Jardines del Palacio Real de Pedralbes, el Turo Park y la Plaza Gaudí, frente a la Sagrada Familia, todos estos en Barcelona, Rubió fue también el creador del Parque Doramas, uno de cuyos tramos fue llamado en su honor, precisamente, Jardines Rubió. Y, bien, ahora, que, como la MetroGuagua, está de actualidad también el Doramas, con ocasión del proyecto de ampliación del Hotel Santa Catalina, no está de más incidir en la necesidad de pensar ambos jardines, el Parque Doramas y el Parque Barranquillo Viera, finalizados el mismo año -según consta en los respectivos proyectos depositados en el Archivo Rubió del Colegio de  Arquitectos de Barcelona-, como partes indisociables de un mismo conjunto que busca conectar la ciudad baja y Ciudad Alta mediante el diálogo con la naturaleza.

Si ya, como se ha expuesto hasta aquí, por lo que representa en cuanto a movilidad sostenible, de conexión entre dos plataformas de Las Palmas de Gran Canaria, históricamente desconectadas, y de valor artístico cultural en cuanto que obra del principal arquitecto paisajista español del siglo XX, es un lugar de altísimo interés, el Parque Barranquillo Viera entraña además valores geológicos: Con su sabiduría proyectual, Rubió supo respetar el trazado del pequeño barranco, de tal modo que hoy es uno de los pocos de la ciudad que conservan su estructura geomorfológica –compáreselo con los vecinos barrancos del López Socas y Don Zoilo-.

​En fin, una mínima intervención en el parque, que pasa por una recuperación de su jardinería que respete sus hermosísimos árboles, la introducción de señalética e iluminación, el otorgamiento de prioridad al peatón sobre los vehículos motorizados en el Paseo del Capitán López Orduña y, muy importante, la prolongación del Parque hacia el arranque del barranco, en Schamann, con una fácil conexión al Parque Don Benito, harían de esta una ciudad más cohesionada. Señor alcalde, don Augusto Hidalgo; señor concejal de Urbanismo, don Javier Doreste; señora concejala de Parques y Jardines, doña Inmaculada Medina: ¿creen que podrán encontrar un hueco en sus agendas para tomarse interés en esta cuestión?

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