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XV Encuentro de Reales Sociedades Económicas de Amigos del País


 

Discurso de la Real Sociedad Económica de
Amigos del País de Gran Canaria

Valencia, 7 de octubre de 2009


Objetivos y funciones en el siglo XXI


 

Antes de exponer nuestra ponencia de la RSE de Gran Canaria, lógicamente quiero expresar nuestra satisfacción por haber podido acompañar, arropar y desde luego felicitar a la RSE Valenciana, en el solemne acto celebrado, esta mañana en el hemiciclo del Excmo. Ayuntamiento de Valencia, por el alto reconocimiento que le otorga dicho Ayuntamiento, de la Medalla de Oro de la Ciudad, con lo que quiere reconocerle la labor de muchos años de dedicación a favor de la difusión del conocimiento y en defensa de la sociedad valenciana.

 

¡Muchas felicidades!

 

La preocupación por el papel que Las Reales Sociedades Económicas de Amigos del País deben tener en el seno de la sociedad española, en el de sus respectivos entornos, hoy autonómicos y locales, no es nuevo ni circunstancial, sino que, enlazando con sus orígenes, allá por los últimos años del siglo XVIII, en el tiempo de la Ilustración, se reitera a lo largo de todas las épocas en las que podemos enmarcar y estructurar su historia  -o sus historias, pues cada una tiene vivencias y contenidos de tal relevancia y singularidad que, habiendo hitos y una estructura común, podemos hablar de historias propias y definidas en cada  una de ellas.

 

 

Y es que la propia búsqueda del sentido de su creación y existencia, como la de las líneas de trabajo que debían establecer su actuación, marcaron su propio carácter e identidad como cuerpo social, en aquellas corporaciones sociales que en definitiva, trataban la búsqueda del progreso y la felicidad de sus compatriotas, de sus paisanos, floreciendo poco a poco a lo largo de aquella larga primavera ilustrada por casi toda la geografía peninsular e insular de España, e incluso en sus entonces posesiones de América y Filipinas.

 

Vemos como ya en Azcoitia la tradicional y animada tertulia del anochecer se transformó, en un momento dado por las circunstancias favorables, en una verdadera asamblea académica, como resaltó, en su clásico tratado sobre las Reales sociedades Económicas de España y América, Emilio Novoa, aquella “siembra académica quedaba hecha y florecía más tarde con la fundación de la Sociedad Económica”, en la que ya, al igual que en todas las demás que aparecieron a continuación, se demostró que aquellos debates no tenían un fin exclusivamente teórico, sino que tenían la finalidad inmediata de buscar  fórmulas con las que poder actuar e influir en el progreso de  la agricultura, la artesanía y la incipiente industria, de procurar la enseñanza a todas las capas sociales, al tiempo que se exponía la necesidad de nuevas áreas y materias de formación, adecuadas  a las exigencias de los avances que se proponían, y de incidir en la formación de una corriente de opinión en la que se sustentara la aplicación y desarrollo de las medidas de progreso que predicaban.

 

Y concretando y atendiendo a dar respuesta al tema de fondo a tratar en este encuentro, en la presente  ponencia, debemos hacer referencia a las dos principales materias en las que se pretende centrar la programación de la RSEAP de GC, a lo largo del siglo XXI y que, aunque recientemente implantadas, nacen con vocación de permanencia y de ocupar un importante espacio entre las actividades de la Institución. Se trata, por una parte, de desarrollar el ejercicio del pensamiento, y por otra participar en la Educación y Formación de la Sociedad.

 

Es sabido que uno de los pilares en que se sustentaron las RRSSEE, desde su fundación, era utilizar la razón como principio fundamental en su gestión. Sin embargo la práctica de este principio se ha ido abandonando y, a diferencia de otras disciplinas, como la narrativa o la poesía, el campo del pensamiento, no ha sido, cuando menos en nuestro Archipiélago, objeto de especial consideración  a pesar de ser fundamental para contar en el tratamiento de las cuestiones que más nos afectan como sociedad. Por ello, se ha considerado conveniente que la Económica, históricamente preocupada por estos temas, dedique un programa de actuaciones a ese tratamiento que sirve a aquellos interesados a poder conocer e interpretar “Las claves de nuestro Tiempo”. Esta actividad puede extenderse en un amplio abanico de posibilidades, como pueden ser, la creación de un club de lectura, la confección de una revista del pensamiento, la convocatoria de un premio sobre un trabajo de ensayo, etc.

 

En el campo de la enseñanza y formación, quizás valga la pena extenderse algo más, pues precisamente cuando ahora asistimos a un amplio debate sobre lo que significa, a todos los niveles, la implantación definitiva en la universidad del denominado Plan Bolonia a partir del año 2010, nos encontramos cómo este “proceso Bolonia” puede ir mas allá de lo firmado en 1999 por los ministros de educación europeos en la localidad italiana de Bolonia, tanto en aspectos negativos, especialmente aquellos referidos a la financiación de la universidad pública, criticados y denostados incluso por la propia comunidad universitaria y el estudiantado de forma amplia y masiva, como en positivos, entre los que resaltaríamos la búsqueda de un aprendizaje permanente y la apertura a nuevas ramas del conocimiento ó de sectores que tienen, o tendrán pronto, una incidencia real  ineludible para la actividad económica y para los intereses de la nueva sociedad en general.

 

Sin embargo y pese a su amplia contribución al progreso social y económico de Gran Canaria, nunca se planteó, hasta el presente, la creación de una cátedra permanente de estudio y difusión del conocimiento de la economía canaria y de las políticas económicas mas acertadas para hacer frente a las necesidades crecientes de una sociedad en expansión constante y que estaba aquejada de importantes problemas estructurales. Además, y aunque pueda parecer sorprendente, en las Facultades de Ciencias Económicas de las universidades canarias, no existen cátedras específicas de economía canaria o de historia económica o de política económica canarias, entendidas como estudios específicos y mucho menos de especialización.

 

Junto a ello, y con posterioridad, tras pulsar las inquietudes que existían en sectores vinculados al transporte, se vio la necesidad de establecer el Curso de Gestión Aeronáutica y Aeroportuaria, que este año alcanza su segunda edición convertido en un curso de “Expertos” con titulación universitaria, que a la vista del interés suscitado, muy probablemente se integre en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria como título oficial con la categoría de Grado en los próximos cursos. 

 

Por último y vistas estos dos destacados programas  dedicados al pensamiento y a la educación, y como complemento a la formación permanente tanto de los especialistas en distintos sectores, como de la sociedad en general, la Económica grancanaria, desde hace ya mas de tres décadas ha asumido el reto de organizar ciclos de conferencias y debates anuales centrado en temas de especial incidencia en el ámbito canario, como pueden ser el “desarrollo sostenible”, “el turismo como sector económico”, entre otros, que de alguna manera tiene su origen en el “Ciclo de Conferencias sobre Economía Canaria” que esta Real Sociedad organizó de forma oportuna y muy temprana entre los años 1961 y 1962. 

 

Con estos ciclos, junto a otros de carácter histórico, o la organización puntual de debates y mesas redondas sobre materias de interés socio - político, o tertulias mensuales con personajes que son líderes de opinión en sus respectivos ámbitos, no sólo se quiere contribuir a un proceso de formación permanente imprescindible en la sociedad actual y en el siglo que nos abre sus puertas, sino que se quiere gestar estados de opinión que tengan incidencia efectiva y fecunda en la sociedad y ante las autoridades, que pueden encontrar en la Económica un foro de referencia y de asesoramiento puntual.

 

Por ello, concluimos en que, a lo largo del Siglo XXI, las Reales Sociedades Económicas pueden asumir un papel fecundo y novedoso, aunque basado en su propia tradición, que les permita, desde una singular contribución a la formación permanente de expertos y de los ciudadanos en general, convertirse en puntos de génesis de opinión y en órganos consultores de los poderes públicos a nivel local y nacional.


                      Francisco Marín Lloris, Marqués de la Frontera

Director de la RSEAPGC

                                                                            

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